La hechicería, sin duda alguna, posee un relevante papel en la picaresca española, sobre todo en relación con uno de los principales elementos que determinan al personaje central de estas novelas: la ascendencia o el entorno vil. En este artículo se realiza un recorrido panorámico por algunas de las obras más representativas de este género: El Guzmán de Alfarache, El Buscón, La pícara Justina, La hija de Celestina y El Lazarillo de Manzanares, atendiendo sobre todo a las figuras hechiceriles presentes en el texto, a su conexión con el pícaro/a, y a su función en la trama. A partir del análisis del mencionado aspecto en las piezas aludidas, se pueden comprender éstas de un modo a veces revelador, y se puede llegar a unas conclusiones generales sobre el papel de la hechicería en la picaresca española.