Desde el exilio y tras haber sido privado ilegítimamente de su libertad, Jacobo Timerman, el controversial director y editor del periódico La Opinión, escribió Preso sin nombre celda sin número (1981). En su testimonio no sólo recuenta lo personalmente sufrido, sino que se da a la tarea de evaluar y denunciar el accionar de grupos comprometidos de la sociedad argentina que prefirieron obviar la realidad de lo sucedido en los campos de detención clandestinos, así como la realidad sociopolítica del país. Timerman en su testimonio nos presenta un contexto carnavalesco que funciona en su relato, primero, como ambientación temática, enfatizando de esta manera el concepto de sátira paródica que corresponde con su visión de torturado, cautivo, intelectual y 'moderado'; y en segundo lugar, utiliza un discurso deliberadamente simbólico para enfatizar el incontrolable exceso de violencia