No cabe duda de que Cervantes, hablando en el Quijote (II.18) del papel que han de desempeñar las descripciones en las obras de ficción, pretende establecer un diálogo con Giraldi Cinthio y sus presupuestos teóricos, insinuando contextualmente destellos de ironía en un discurso en apariencia serio. Asimismo, no debe ponerse en duda el hecho de que Cervantes, al intercalar en el Persiles (III.6) la primera parte de la historia del polaco Ortel Banedre, pretende desarrollar un nuevo diálogo intertextual con el humanista ferrarense basado, esta vez, en una de las �novelle� de los Hecatommithi donde se muestran secuencias narrativas paralelas (la sexta de la Deca sexta). Tras examinar el juego triangular creado por: a) narrador primero, b) narrador segundo y c) narratorio en los dos textos, se llega aquí a descubrir las causas profundas, generadoras de los efectos visibles en la estructura superficial del relato metadiegético. El triángulo cerrado de Cinthio con su orientación del narratorio hacia el narrador primero (que de tal forma garantiza la confiabilidad de lo narrado por el narrador segundo) determina y certifica la configuración ejemplar de la historia de perdón en la versión del novelista italiano. El triángulo abierto de Cervantes, en cambio, con su falta de conexión entre narratario y narrador primero (que de tal forma deja por entero la responsabilidad de lo narrado al narrador segundo) acredita y genera las profundas modificaciones que afectan a la misma historia en la reelaboración cervantina.