Juan Pedro Quiñonero
A juicio del autor, la obra de Luis Rosales culmina con tres procesos mayores para la historia cultural de España. Revela las semillas morales y espirituales donde florece una enfermedad del espíritu fatal para los españoles. Echa los fundamentos de una noción propia de la libertad, cívica e individual. Y crea un espacio ético y estético indispensable para poder reconstruir los cimientos de la arquitectura espiritual que Juan Ramón Jiménez echaba en falta y continúa siendo indispensable para construir una casa común de todos los españoles.