Clive Kronenberg
En el contexto de lo que posiblemente podría ser percibido como el �resurgimiento de la era del humanismo�, la opinión poco explorada (en el mundo anglófono) de Martí sobre el �Cristo ante Pilatos� � la aclamada pintura de Mihály Munkácsy, artista visual húngaro del siglo diecinueve � logra retratar la relación cercana e interconectada que existe (o debería existir) entre lo ético y lo estético, así como su lugar colectivo dentro del marco más extenso del humanismo. La crítica positiva de Martí sobre la obra de Munkácsy pone de manifiesto su comprensión � y el significado que tienen para él � de las aspiraciones elementales del ser humano; su creencia firme en una vida basada en el honor y la virtud; y su concepto del �poder de las ideas� para combatir la injusticia humana en todas sus formas. A pesar de que la opinión profundamente encantadora de Martí y la aclamada representación de Munkácsy de un elemento central de la religión occidental probablemente no comparten un origen similar ni incluso una visión comparable, es evidente que un hilo universal los conecta. El argumento que se presenta es que la elevación de la dimensión ético-estética es un componente vital para la restauración del profundo respeto y valor que el humanismo debería exigir.
In the context of what possibly could be perceived as the �age of humanism�s revival�, Martí�s fairly unexplored appraisal (in the English-speaking world) of Christ before Pilate, the acclaimed painting of the nineteenth- century Hungarian visual artist Mihály Munkácsy, suitably portrays the close, interconnected relation that exists (or should exist) between ethics and aesthetics, and their collective place in the broader framework of humanism. Martí�s positive critique of Munkácsy�s work reveals his awareness, and their significance for him, of elemental human aspirations, his earnest belief in a life based on honour and virtue, and his notion of the �power of ideas� to combat human injustice in all forms. Notwithstanding the fact that Martí�s deeply enchanting appraisal and Munkácsy�s acclaimed depiction of a core article of Western religion may not share a similar origin or even a comparable vision, it is apparent that a compelling, universal strand connects them. It is argued that the elevation of humanity�s ethical-aesthetic dimensions constitutes a vital role in restoring to humanism the deep respect and value it should command.