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Enrique Téllez Espiga
Barrio (1998), segundo largometraje de Fernando León de Aranoa, narra las vivencias de tres adolescentes en la periferia madrileña a finales del siglo XX. Este artículo examina Barrio como un proyecto crítico que va más allá de la narración de las vidas de los adolescentes de la periferia, ya que la representación del espacio denuncia la segmentación espacial y vivencial que crearon los deficientes planes urbanísticos de la capital española. En consecuencia, la crítica social no se propone tanto a través del argumento como de la mirada que la cámara ofrece del espacio en el que los personajes viven. Para mostrar los fracasos urbanísticos, este ensayo se centra en el protagonismo que ciertas espacialidades, como las rutas de acceso a Madrid, puentes, el metro y los descampados, adquieren a lo largo de la narración. Por una parte, examino estos espacios en relación a los proyectos urbanísticos llevados a cabo en Madrid durante la dictadura y primeros años de la democracia y, por otra parte, siguiendo el concepto del filósofo Marc Augé propongo que Barrio refleja cómo estos no-lugares dejan de ser espacios de tránsito para convertirse en espacios sociales para ciertos sectores de la sociedad.
Barrio (1998), Fernando Leon de Aranoa�s second feature film, portrays the lives of three teenagers in the outskirts of Madrid at the end of the twentieth century. This essay examines Barrio as a critical project highlighting the importance of the urban space rather than the narration of the lives of the protagonists. The film criticizes the spatial and existential fragmentation created by inadequate urban planning in Spain�s capital. Consequently, I propose that a social critique is achieved through the camera�s focalization of the spaces where the protagonists live rather than through the plot. In order to show the failures of Madrid�s urban projects I analyse the prominence of spaces such as highways, bridges, the subway, and waste grounds in the film. On the one hand, I examine these spaces in relation to Madrid�s urban projects from the Franco dictatorship and the first years of democracy. On the other hand, I consider these spaces in relation to Marc Augé�s concept of non-places. I propose that Barrio depicts how non-places have turned into social spaces for some sectors of the society, thus no longer functioning merely as spaces of transit.
