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El escritor argentino César Fernández Moreno (1919-1985) cultivó diversidad de moldes formales y géneros; sin embargo, es posible detectar en su obra un núcleo aglutinante que le confiere unidad: se trata de la búsqueda de la identidad en la escritura y por la escritura. Siguiendo esta línea de análisis, pueden observarse dos movimientos fundamentales en su producción literaria: el intento de emular a su padre diferenciándose de él —tarea ardua por la presencia ubicua del célebre Baldomero—; y la permanente pugna entre efusión confesional (atada a experiencias de la esfera privada) y poesía de contenido social (en la que, obviamente, ingresa lo público). Este conflicto, que se agudiza de la mano de los sesentistas, se plasma como una proyección, amplificada, de la tensión entre el mundo regido por Baldomero y el que se encuentra fuera de él. En este contexto, la construcción de la identidad nacional en César Fernández Moreno se enriquece a partir del enlace con otros procesos simultáneos: la lucha por conquistar un ideario estético que sintetice lo nativo y lo foráneo; la apertura de un canal para opinar acerca de la cosa pública y, finalmente, la urgencia por convertirse en un ser independiente y autónomo.
