La dialectología, como parte de la lingüística de la glotodiversidad, es una ciencia que se ocupa, entre otras cosas, de la clasificación y la tipificación científicas de la diversidad diatópica, estudiando isoglosas, áreas o acumulaciones de isoglosas y estableciendo la existencia de dominios (geotipos) en diversos niveles jerárquicos. Esta actividad, en tanto que científica, se sustenta en la referencia epistemológica que aportan criterios exclusivos de la propia ciencia. Sin embargo �y ello en franca contradicción con la pulcritud científica que se predica�, la intromisión de prejuicios ideológicos en esta actividad, fomentados en su mayoría por lingüistas profesionales, ha tomado a menudo carta de naturaleza y se ha trasvasado a la cultura general de la sociedad, lo cual es particularmente evidente en el ámbito de la lingüística española. En ocasiones, esa intromisión ideológica incluso se sustancia en conceptos taxonómicos que tienen de glotológicos solo su apariencia. Y así, en el ámbito de la Península Ibérica, y al calor de una tradición académica de inspiración pidaliana, el asturiano (asturleonés) y el aragonés han sido objeto de un trato clasificatorio con pretensión de cientifismo (singularmente la etiqueta dialecto primario), expresión de un «remilgo» taxonómico de naturaleza ideológica que, sin embargo, ha cuajado como doctrina aceptada y difundida en foros académicos. En esta contribución analizamos este tipo de discursos como manifestación de un debate mucho más amplio acerca de los fundamentos y límites de la lingüística científica, así como de la deontología de los lingüistas profesionales.