En algunos de los escritos contemporáneos sobre el aragonés realizados por lingüistas y filólogos se recurre a una serie de conceptualizaciones sobre lo que es lengua, habla y dialecto que no tienen ninguna justificación desde el punto de vista de la teoría lingüística contemporánea y que se basan en un modelo filológico en el cual las auténticas lenguas son las lenguas escritas y lo que realmente se habla se ve, aunque solo en ciertas ocasiones, como una variación asistemática y arbitraria que no constituye unidad alguna. Esta visión se deja de lado solo en aquellos casos en los que hay que justificar la imposición de una determinada lengua (como es el caso del castellano).
A estas manipulaciones ideológicas las denomino imperialismo filológico. El tratamiento del aragonés en determinados escritos contemporáneos es un caso muy claro de este fenómeno.