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Silvina Berti, Ariadna Cantú
La protesta social, esa expresión de descontento y disconformidad que ciudadanos de diferentes sectores exponen en el espacio público ante el conjunto de la sociedad, puede adquirir mayor trascendencia y visibilidad cuando es retomada por los medios de comunicación. La Argentina es un país donde a diario se producen este tipo de manifestaciones y los noticieros televisivos las ponen en pantalla operando recortes y ajustándolas a criterios de edición periodística e ideológica. Así, las imágenes seleccionadas y las modalizaciones a que son sujetas por parte de los periodistas/presentadores las cargan de sentido y valoraciones que guían u orientan las lecturas de las audiencias. Sin embargo, difícilmente tengan el suficiente poder de anclar un sentido único y unívoco. Del otro lado del televisor se encuentra un receptor activo que, muñido de experiencias, conocimientos e intertextos logra posicionarse con diferentes grados de autonomía frente al discurso que la noticia le propone y producir su propio significado. Este trabajo se centra en la manera en que las audiencias leen la protesta televisada haciendo particular hincapié en el derecho a la voz y el choque de derechos que se produce como resultado del conflicto que enfrenta a los antagonistas “naturales” de la acción colectiva (demandantes y demandados) y que involucra también, de una u otra manera, a otros miembros del cuerpo social.
