Ilenia Colón Mendoza
El autorretrato de Luis Paret y Alcázar de 1776 muestra al artista español frente al tranquilo pero vigoroso paisaje puertorriqueño vestido como un campesino local o jíbaro. Se muestra con una camisa blanca, pantalones a rayas, y un sombrero con flores, el retratado carga un racimo de plátanos y un machete. El artista construye una visión de sí mismo como el campesino puertorriqueño, el jíbaro. El uso de la vestimenta jíbara por parte de Luis Paret y Alcázar se entiende dentro del contexto de lo carnavalesco donde miembros de la clase alta se enmascaraban de campesinos. La pintura también demuestra la preocupación de la elite intelectual con la apropiación y adopción del jíbaro como símbolo cultural. La obra fue pintada por Paret y Alcázar después de haber sido despedido de la corte de Carlos III y durante su exilio en Puerto Rico entre 1775 y 1778. El autorretrato, luego enviado a la monarquía borbónica como regalo, fue esencial no solo en asegurar el regreso del pintor a la corte española sino también en el continuo éxito de su carrera profesional ya que comunicó importantes implicaciones culturales y políticas.
Luis Paret y Alcázar’ Self-Portrait of 1776 shows the Spanish artist standing before the tranquil yet rugged Puerto Rican landscape dressed as a local peasant or jíbaro. Wearing a white shirt, striped pants, and flowered hat, he carries a bunch of plantains and a machete. The artist constructs a vision of himself as a Puerto Rican peasant, the jíbaro. The use of the jíbaro’s attire by Paret y Alcázar can be understood within the context of the carnivalesque in which the upper-class masqueraded as peasants. The painting also reveals the intellectual elite’s appropriation and subsequent adoption of the jíbaro as cultural symbol. The work was produced after Paret y Alcázar’s removal from the Spanish court of Carlos III and his exile to the island of Puerto Rico from 1775 to 1778. The self-portrait, later sent to the Bourbon monarchy as a gift, was pivotal in securing not only the painter’s return to the Spanish court but also the continued success of his professional career by communicating important cultural and political implications.