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El presente artículo estudia cómo emplea Antonio José Ponte la idea de espacio urbano para construir a partir de esta el discurso identitario cubano. El paisaje urbano de La Habana, en general, y su decaimiento, en especial, sirven como punto de partida para una crítica aguda de la postura ideológica del gobierno comunista de Cuba que Ponte desarrolla en su ensayo “Un arte de hacer ruinas,” su novela Villa Marista en plata y la película La Habana – Arte nuevo de hacer ruinas. El planteamiento pontiano del impacto destructivo del sistema socialista en el espacio urbano, más notablemente en lo que concierne al llamado “problema de la vivienda”, revela unas coincidencias casi literales en los puntos claves con la visión de Mijaíl Bulgakov expresada de manera más contundente en su icónica obra El Maestro y Margarita. A pesar de que los dos autores y las respectivas realidades desde las cuales, y sobre las cuales, han escrito están separadas por más de ocho décadas, el modelo soviético de desarrollo urbano determina en buena medida los problemas que sufrió Cuba durante el Periodo Especial y más allá.
