The Queer Child, por Kathryn Bond se sitúa en un lugar incómodo entre las teorías de género y las de la infancia. Ha sido criticado por no ajustarse a las formas tradicionales de acercarse a los estudios de la infancia, y mal comprendido como una defensa de que todos los niños son homosexuales. La aproximación de Bond Stockton no es histórica ni psicológica, sino que se sitúa en el ámbito más amplio y difuso de la teoría-crítica y los estudios culturales. Desde allí, pretende descubrir los imaginarios sociales en torno a la niñez en objetos tales como el cine y la literatura. Este estudio, a través del campo de la cultura, revela que no todo niño es homosexual, sino más bien, todo niño es queer, puesto que se encuentra en un tránsito ambiguo hacia la adultez, fuera y dentro del mundo de los adultos, y es constantemente amenazado por las restricciones sociales que intentan protegerlo.
This work by Kathryn Bond is situated in an uncomfortable place between gender theories and childhood studies. It has been criticized for not adjusting to traditional approaches to the study of childhood, and miss-understood as defense of the thesis that every child is a homosexual. Bond Stockton's approach is not historical nor psychological, it lies on the more diffuse and broad ambit of critical theories and cultural studies. From that place, she attempts to unveil the social imaginaries about childhood in cultural objects such as film and literature. This study throughout the field of culture reveals not that every child is homosexual, but rather that every child is queer, for its nature is that of an ambiguous passage to adulthood, that places the child not inside nor outside the adult world, and is constantly threatened by the constraints that are meant to protect him.