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Elena Castro
La transformación que el pensamiento feminista ha experimentado en las últimas décadas ha llevado, desde los postulados de las teorías queer, postcoloniales y transfeministas, a situar la crisis de toda identidad fija y homogeneizadora en el centro de su discurso.En diálogo con los llamados activismos feministas postidentitarios y, en concreto, en la conexión entre los estudios postcoloniales y las teorías queer, que nos sitúan en la encrucijada entre género, sexo, sexualidad, raza, etnia y clase social que atraviesa toda construcción identitaria, los nueve ensayos incluidos en este número especial de Letras femeninas reflexionan sobre las representaciones textuales en las letras, el arte y el cine, en el ámbito de la Península e Iberoamérica, que se centren en la ordenación y control de las identidades de género, el sexo y la sexualidad a través de la regularización sobre los límites/márgenes de los cuerpos y las naciones desde el poder/estado.La conexión entre la producción de los cuerpos y la producción de la nación como comunidad imaginada ha dado lugar a no pocos ensayos, aproximaciones y controversias. En el marco de los estudios feministas y de género es ya bien conocida, a partir del pensamiento de Foucault, la idea de que la creación/configuración discursiva del cuerpo nacional está directamente ligada a la construcción discursiva de los cuerpos físicos de los sujetos que conforman la idea de nación. Cabe traer a colación la noción de somateca1, acuñada por Paul B.(eatriz) Preciado, que entiende que el cuerpo es un archivo vivo, con la capacidad de agenciamiento en el campo de batalla de las representaciones culturales y la acción política. Este enfoque cobra sentido en el proceso de producciones corporales en la encrucijada de la idea de nación y las categorías identitarias. [...]
