Si se compara el nacimiento y desarrollo de la lingüística misionera con el lento proceso que hace posible en Europa la tarea de gramatización de las lenguas neolatinas, se observa que la valoración de la lengua nativa –alabanza del hombre a través de la alabanza de su lengua– conduce inmediatamente a la labor lexicográfica y de gramatización, de una manera mucho más rápida que la que se comprueba en el caso del castellano y, en general, de las lenguas neolatinas en Europa. A probar esta afirmación, a través del pensamiento de Domingo de Santo Tomás, autor de la primera gramática quechua, se encaminan estas páginas. La valoración de la lengua nativa por parte del gramático deja también su huella en los procedimientos de gramatización, condicionados por las relaciones que se establecen entre lengua objeto, metalengua y lenguas de referencia.
When comparing the birth and development of missionary linguistics with the slow process of the grammatization of the NeoLatin languages in Europe, we observed that the assessment of native languages (the praise of men though the praise of their language) in this missionary linguistics context immediately leads to the lexicographic and grammatization tasks much faster than in the case of Castilian and, in general, of the Neo-Latin languages in Europe. This article aims to confirm this assertion through Domingo de Santo Tomás’ thought, author of the first Quechua language grammar. The praise of the native language by the grammarian also leaves its mark on the grammatization procedures, which are conditioned by the relationships established between the target language, the metalanguage and the reference languages.