La presencia del escepticismo en la obra de Cervantes ilustra un movimiento bilateral hacia filosofar la ficción y novelar la filosofía. En “La fuerza de la sangre,” esta dinámica se concentra en la yuxtaposición de la violación y la intervención divina en los asuntos humanos, dos temas sumamente polémicos que vienen a reflejar el debate teológico vigente en la Europa de la Contrarreforma. Este ensayo ilustra cómo Cervantes infunde en el centro de su ficción un comentario sobre dos de los ejes más fundamentales del escepticismo—los criterios de certeza y la cuestión de la regla de fe—haciendo brillar una luz escéptica que cuestiona la razón humana tanto con relación a Dios como al individuo y a su entorno.