Existe un área de la literatura que, desde hace varios años, en la Argentina, intenta introducirse en el campo de la crítica literaria buscando su propia legitimación. Nos referimos a la Literatura Infantil y Juvenil generalmente denominada con las siglas LIJ. A tal efecto, analizaremos en primer lugar las especificidades del campo: doble receptor o destinatario, adaptabilidad al lector, selección léxica adecuada al receptor. Luego, focalizaremos en los agentes que interceptan su canon: escuelas, editoriales, mediadores. Por último, fundamentaremos la importancia de lo que creemos que aún hoy es una necesidad: el desarrollo de la crítica literaria que acompañe y legitime el corpus.