Cristina Sánchez Rodríguez
Con frecuencia, en el análisis de obras literarias, no se encuentra pertinente ahondar en la biografia del autor que las ha creado como fruto único y aislado y que como tal goza de plena autonomia en el ámbito de la ficción literaria. No obstante, no es el caso de esta autora, Gertrudis Gómez de Avellaneda, ni el de la novela que nos ocupa, Sab, pues por un lado es innegable ese valor estrictamente literario de toda su producción, pero por otro también lo es, quizá más que nunca, la relevancia que adquiere la profunda ínterrelación de su epistolario con su obra, la cual ella concibió como producto de su tiempo, y de la situación de la mujer en los años que vivió, pero sin menoscabo alguno de la talla literaria que aquélla alcanza.