Diana Kuéllar
El siguiente artículo habla sobre la existencia de un otro cine documental colombiano que trabaja desde la estética del disenso (Rancière, 2005) y propone al arte como espacio político, entiéndase el concepto de político como la intersección entre el poder y la resistencia donde se genera el debate. Son películas que buscan crear una desarticulación en el orden consensual de la narración histórica que predomina en Colombia y se caracterizan porque se desarrollan en la marginalidad y plantean la creación desde la compresión de los acuerdos consensuados para tener argumentos de discusión.Colombia desde mediados del siglo pasado está sumida en la violencia procedente de diferentes frentes, los medios de comunicación se han encargado de difundir y respaldar públicamente los acuerdos de poder. En ese entorno esta investigación busca responder ¿Cómo se logra dislocar el consenso público y construir una memoria disidente que sobreviva a la saturación de discursos que circula en torno a la violencia en Colombia? Se analizará el trabajo del director colombiano Oscar Campo como representativo de esta propuesta. Su obra compone una gama de narrativas que, aunque son diferentes entre si, mantienen cierta cohesión y progresión en un relato que logra crear criterios estético-políticos no convencionales de la violencia colombiana de los últimos 70 años.
The following article discusses the existence of an Colombian documentary film which works from the aesthetics of dissent and proposes to art as a political space, understood the concept of politician as the intersection between power and resistance where the debate it generates, as proposed by Jacques Rancière. They are films that seek to create a disarticulation in the consensual order of historical narration that prevails in Colombia and are characterized by developed in marginality and pose creation from the compression of the consensus agreements to have arguments for discussion.Colombia since the mid of the last century is mired in violence coming from different fronts, media have been commissioned to disseminate and publicly support power agreements. In this environment, this research seeks to respond: how is accomplished dislocate the public consensus and build a dissenting memory that survives to the saturation of the discourses circulating around violence in Colombia?This paper will discuss the work of the Colombian director Óscar Campo as representative of this proposal. His work comprises a range of narratives which, although they are different each other, they maintain some cohesion and progression in a story that manages to create unconventional political – aesthetic criteria of Colombian violence.