El artículo analiza la trayectoria de una de las dos grandes familias de nuestro flos sanctorum medieval y renacentista: la formada por la Compilación B manuscrita (una versión abreviada de la Legenda aurea de Iacopo da Varazze), el Flos Sanctorum con sus ethimologías (incunable de fecha y taller desconocidos) y la Leyenda de los santos, obra que gozó de varias ediciones desde finales del Cuatrocientos hasta 1579. Estas páginas exploran la relación entre esas tres obras y establecen la filiación específica de sus principales testimonios, deteniéndose en la evolución del texto desde aquellos primeros frutos manuscritos hasta las últimas versiones impresas.