A la pintura (1945-1967), de Rafael Alberti, es un ejercicio de écfrasis y es, ante todo, un homenaje a la pintura, primera vocación del poeta, a la que vuelve como otro paraíso perdido para defenderse de la barbarie de la historia y para expresar a través de la palabra poética su afirmación vitalista de las artes. Este artículo estudia el sentido del libro, analiza su estructura y ofrece una visión panorámica de los pintores a los que Alberti dedica poemas-homenaje, profundizando en algunos casos para valorar los distintos usos ecfrásticos.