El artículo estudia, prestando atención a la circulación internacional de las obras y a los circuitos de producción, cómo el estructuralismo francés se introdujo en Argentina, así como algunos de los usos que la crítica literaria hizo de él alrededor de 1970. De ese modo, se hace posible distinguir, junto al estructuralismo científico representado por Eliseo Verón, un estructuralismo crítico mucho más heterodoxo asociado a nombres como los de Oscar Masotta, Noé Jitrik o Nicolás Rosa.