La intensificación de las relaciones franco-inglesas vía sus transacciones de negocios no ha puesto fin a la rivalidad ancestral que han tenido los dos pueblos a través de los siglos. Este artículo presenta algunos ejemplos que muestran que los malentendidos entre los dos grupos involucrados surgen con base en sus representaciones de las prácticas lingüísticas contrastantes, como también de las actitudes comunicativas contrastantes, subrayando la necesidad del desarrollo de una competencia intercultural en cualquier comunicación en una lengua extranjera.