La variación en el lenguaje es un fenómeno universal; y el bilingüismo se da en la gran mayoría de los países del mundo. Sin embargo; y a pesar del número siempre creciente de contactos internacionales; la mayoría de los estados; sistemas educativos y jurídicos tratan el bilingüismo como una situación excepcional o indeseable. Cuando consideramos el bilingüismo como una manifestación de diversidad; esa diversidad aporta un componente innegable a la identidad de cada individuo bilingüe. Al mismo tiempo plantea la validez social de varios códigos comunicativos. ¿En qué medida la sociedad toma en cuenta a los bilingües en toda su identidad y cómo se pueden definir actitudes de tolerancia al respecto? Para encontrar respuestas a estas preguntas; el artículo discute dos contextos concretos; distantes entre sí: por un lado; un autor que escribe en una lengua extranjera; y por otro; la situación de los hispanohablantes en los Estados Unidos.