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Este texto propone una nueva teoría de la enunciación audiovisual fundada en la idea de que el espectador construye instancias enunciativas en función de la intencionalidad que él infiere de las imágenes y de los sonidos.
Al no poseer el equivalente de los deícticos de la lengua; la emergencia del discurso cinematográfico depende tanto del contexto audiovisual como de la sensibilidad del espectador al lenguaje cinematográfico. Este artículo identifica las instancias de una enunciación múltiple que el espectador puede reconstruir apoyándose en el análisis de una película de 1900 de escasos 50 minutos. La imagen es interpretada en función de una polifonía enunciativa cuyo modelo se debe en gran parte al lingüista Oswald Ducrot. Se distinguen las diferentes “máscaras ” de la enunciación: el supuesto realizador; el narrador implícito; el autor como tal; que finalmente orienta la construcción enunciativa realizada por el espectador. Esta construcción depende también del contexto histórico; de los saberes laterales sobre la película y del grado de ostentación de las intenciones en lo visible.
