Los pronombres átonos — último reducto de las declinaciones latinas en español— constituyen una zona peculiarmente interesante de la gramática de nuestra lengua; debido a la variedad de usos; concordancias anómalas y posibles cambios en proceso que allí podemos rastrear. Leísmo; laísmo; loísmo; formas singulares por plurales; plurales por singulares y las diversas interpretaciones de la forma se; son algunos ejemplos de ello.