Hlías Oikonomopoulos
Se atiende al papel que desempeñaron los eruditos bizantinos y los profesores de griego en la introducción del movimiento humanista en la Europa occidental. El período indicado (1261-1453) marca por un lado la conversión del Imperio en un pequeño reino cristiano, y por otro presenta un reino muy fecundo en el plano intelectual, convirtiéndose en uno de los centros principales de la civilización europea. La toma de Constantinopla por los latinos en 1204 y la consiguiente destrucción reforzó en la mente de los intelectuales bizantinos la conciencia de su herencia cultural. De modo que, frente a una decadencia en el plano político, en el plano cultural se da un renacer. A medida que la amenaza turca se aproximaba a las puertas de Constantinopla, los eruditos de Bizancio hicieron grandes esfuerzos para salvar el patrimonio cultural y difundir la civilización griega antigua al Occidente; paralelamente, los emperadores trataban de asegurar la ayuda de los países europeos optando por la unifi cación de las dos Iglesias. Al parecer, el Renacimiento occidental tiene en gran medida sus raíces en el curso de este proceso.
The paper addresses the role played by Byzantine scholars and professors of Greek in the introduction of the movement of humanism in Western Europe. The period in question (1261 - 1453) marks, on the one hand, the conversion of the Empire into a small Christian Kingdom and, on the other hand, presents an intelectually fertile Kingdom, which was turning into one of the major centres of the European civilization. The siege of Constantinople by the Latins in 1204 and its consequent destruction reinforced the awareness of Byzantine intellectuals as regards their cultural heritage in such way, that despite the political decay, a cultural revival was emerging. As the Turkish threat was approaching the gates of Constantinople, the Byzantine scholars made great efforts to save their cultural heritage and to spread the ancient Greek civilization to the West; at the same time, the emperors were trying to secure the support and help of the European countries, opting for the unifi cation of the two Churches. It appears that the Western Renaissance has to a large extent settled its roots in the course of this process