La elegía medieval, texto lamentatorio por definición, contempla el elogio como una de sus partes más llamativas, de manera que puede asimilarse a un género oratorio concreto: el demostrativo. Por ello, los poetas se atuvieron a la normativa retórica tanto en la selección de sus materiales (inventio) como en su distribución (dispositio). Las alabanzas que aparecen en las plantas recogen las virtudes anímicas, corporales y extrínsecas enumeradas por los cánones, así como los tópicos preceptuados para ese tipo de discurso. Asimismo, la estructura de los poemas consiste básicamente en materia narrativa amplificada, parte fundamental del texto epidíctico.