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Elena Rodríguez-Guridi
En los Desengaños amorosos la mujer aparece bajo la dicotomía Eva/Ave: primero es sublimada por los hombres y a continuación transformada en objeto de deseo potencialmente desestabilizador del orden social, lo que justifica el ser acusada y sacrificada, hasta que, una vez exenta de su elemento contaminante, se convierte en modelo de virtud y vía de salvación. Las numerosas escenas de sacrificio crean una estética de crueldad que se nutre tanto del imaginario de la Pasión de Cristo como de las nociones anatómicas del cuerpo femenino promovidas por las teorías fisiológicas del momento. Al analizar la confluencia de discursos teológicos y médicos, cuyo núcleo explicativo establece la "imperfección" del cuerpo femenino, este estudio sugiere que la propuesta del sarao como defensa de la mujer aparece subvertida por una economía del sacrificio que perpetúa el privilegio masculino.
