Aquellos que no conocieron la profunda amistad, que floreció en París a comienzos del siglo XX entre Rubén Darío y Rufino Blanco-Fombona, terminaron por desacreditarla y difamarla. Quisiera realizar una minuciosa reflexión sobre el significado filosófico del término amistad a través de la historia, desde los griegos hasta hoy, así como los temas amistad en el exilio y amistad y tragedia, con el fin de evitar que la idea siga difundiéndose. Apoyándome en la escasa correspondencia que aún perdura, en los Diarios del escritor venezolano, en algunos artículos publicados en el diario El Sol, en uno de los sutítulos de El modernismo y los poetas modernistas dedicado a Rubén Darío y en el prólogo que escribe el escritor nicaragüense a la Pequeña ópera Lírica, me propongo demostrar que una reacción inmediata, ante un hecho banal, no puede destruir lo verdadero ni lo profundo, como algunos han pretendido hacer ver desde hace décadas.