Entrañable de algún oscuro modo, el proyecto literario de Diamela Eltit pasa, desde sus primeras señales, por cierta cercanía al cuerpo, sus humores, su sangre. El cuerpo, protagonista privilegiado, aparece siempre en la escritura como recorte, siempre fragmentario; cuerpo sufriente que sin embargo se desborda, se acomoda, se exalta y consigue hacerse de un espacio. Uno casi siempre marginal, sustituto, algún paisaje recién adquirido tras la expulsión; por eso los suyos suelen ser sujetos en tránsito, expropiados de su espacio original y hasta de sus nombres o su identidad. Este artículo analizará estos cuerpos marginales en su reccorido narrativo.
This article proposes a look at the concept of the body, which is a privileged protagonist that always appears in Eltit's writing as a cut-out, always fragmentary; a suffering body that nevertheless overflows, accommodates itself, exalts itself and manages to get a space. One almost always marginal, substitute, some landscape recently acquired after the expulsion; for that reason theirs usually are subjects in transit, expropriated of their original space and evenof their names or their identity.