En su planteamiento inicial, el título de este trabajo fue «El Quijote y los romances viejos». Pero se quedaba corto, por no tener en cuenta los romances nuevos del Quijote, sin los cuales no se hace justicia a la presencia y valor en la obra de los romances viejos, entre los que ni el autor, uno de los máximos responsables de la renovación del género,(1) ni los personajes parecen distinguir, y que aparecen mezclados e intercambiados entre sí. Por ello, recortando el título, se amplía el tratamiento explícito a los romances nuevos, aunque se dejan para mejor ocasión los creados por el mismo Cervantes e insertos en la obra.
Por otra parte, el tema elegido sólo puede ser objeto de un estudio limitado: recolección de los romances del Quijote y estudio de su uso y funciones. La extensión del trabajo en la publicación impresa no permitió el examen de la visión y valoración del Romancero que se da en el Quijote, lo que, por lo demás, tampoco había podido abordarse en la exposición oral.