Norma Esther García Meza, Daniel Domínguez Cuenca
Juan José Arreola se caracteriza, entre muchos otros rasgos, por establecer vínculosdialógicos con autores que pertenecen a su tradición y con aquellos de tradicionesliterarias anteriores. Uno de esos vínculos se construye con lo dicho por otros dosescritores jaliscienses, sobre un territorio entrañable y decisivo en su conformacióncomo artista: Zapotlán. En 1963, al publicar La feria, y luego en 1971, cuandoaparece Tres días y un cenicero, nos ofrece una mirada artística sobre ese espacio.Se trata de una mirada que condensa otras dos: la de Agustín Yáñez, del año 1947,y la de Juan Rulfo, del año 1953. En el presente artículo nos ocupamos deidentificar los sentidos que unen estas tres miradas.