Santiago de Compostela, España
La reflexión política fue una constante en la literatura de Quevedo, tanto como la heterogeneidad de géneros y temas. De ambos rasgos participa Marco Bruto: en ella confluyen tratado político, historiografía y oratoria clásica, con un resultado peculiar. Su variedad ha dificultado la interpretación conjunta de sus tres secciones, tanto como la delimitación del género, estructura, contenido y propósito. Este artículo estudia cómo aparentes debilidades—indeterminación genérica o supuesta estructura fallida—refuerzan la posible finalidad principal de Quevedo. El artículo comienza con juicios contemporáneos y modernos sobre la obra. A continuación aborda los avatares bibliográficos y editoriales relacionados con la estructura, analizada en relación con su contenido, propósito y construcción narrativa, en la que descuellan los personajes, dotados de gran riqueza psicológica. La organización de materiales evidencia una voluntad precisa, un plan inequívocamente literario, no tan diáfano si se enjuicia desde la estricta teoría política o apelando al azar editorial.