Martina Bortignon
La película La voz en off (2014) de Cristián Jiménez y el poemario Yllu (2015) de Soledad Fariña convergen en la exploración de los flujos sensibles y afectivos que rezuman a través de las palabras en el ámbito de la familia nuclear chilena. En ambas obras, la palabra adquiere densidad de voz, se funde con las texturas de objetos cotidianos y elementos del territorio, se carga de una intensidad emocional que excede el nivel denotativo, con el resultado de que verdades inconfesables o decisiones insospechadas emerjan a la luz y afecten la vida de los protagonistas y sus familiares. El presente artículo propone la categoría original de voz-afecto, en tensión con su contraparte, la escucha, para pensar la comunicación entre los integrantes de la familia como una manera de poner en circulación sus emociones, fortaleciendo o deshilachando lazos afectivos. Nociones tales como escucha-marcaje, imitación ecoica, ecolocación, voz-conciencia, permitirán acercarse al estudio de las obras para comprobar el poder comunicativo de la palabra vocal.