María del Rosario Martínez Navarro, Alejandro Ramos Iglesias
Las miserias del cortesano, la queja del servidor o la petición de mercedes están presentes en una amplia nómina de autores áureos que retratan la corte como un ambiente tóxico, en una continua querella que pone en evidencia las penurias de su vivir diario, del hambre y de otras desventuras de este mundo, propiciadas sobre todo por la codicia y la ambición. Este topos literario ya tenía eco en la Antigüedad Clásica, pero para el trabajo que nos ocupa interesa su desarrollo en la literatura anticortesana del siglo XVII, al ser la etapa en la que vivió el dramaturgo Luis Vélez de Guevara (1579-1644). El teatro barroco tuvo un interesante componente de crítica, al ser considerado un poderoso vehículo de transmisión de ideas y, por ello, resultaría un medio idóneo para denunciar esta situación que pudo, con gran probabilidad, recoger las experiencias personales y, por consiguiente, la verdadera cara de la corte.
The courtier’s misery, the servant’s complaint or the petition of favours are present in a wide list of Golden Age authors that portray the court as a toxic environment, in a continuous quarrel that evinces the dearths of daily life, hunger and other misadventures of this world, mainly promoted by greed and ambition. This literary motif already echoed in Classical Antiquity, but, for the research that concerns us, we will focus on its development in 17th century anti-courtly literature, since it was the period when the playwright Luis Vélez de Guevara (1579-1644) lived. The Baroque theater had an interesting component of criticism, as it was considered a powerful tool for the transmission of ideas and, therefore, it would be an ideal way to denounce this situation that they could, most probably, personally live and, consequently, report the real face of the court