Inmaculada Matía Polo
Durante la temporada de 1919-1920, Encarnación López Júlvez «La Argentinita» comienza a formarse en el campo de la interpretación y es contratada por Gregorio Martínez Sierra para participar en distintas producciones que se presentarán en el Teatro Eslava. Aunque los papeles cómicos que desarrolla están articulados de acuerdo con su personalidad dentro y fuera de la escena, logró participar en títulos como Rosaura la viuda astuta (1920), La suerte de Isabelita (1920), Kursaal (1920) y El maleficio de la mariposa (1920), con texto de Federico García Lorca. A través del rol como «Mariposa blanca», en el que sería el primer texto para teatro del autor granadino, Encarnación, ataviada con unos vanguardistas figurines, conseguirá presentar al espectador unas formas poco habituales de entender la danza española.
Esta obra supondrá la vinculación definitiva de «La Argentinita» con la vanguardia que se desarrollaba en torno a la Residencia de Estudiantes y el origen de una larga trayectoria de colaboraciones con Lorca: El retablillo de Don Cristóbal (1930), de la mano de la compañía de Margarita Xirgu, Las calles de Cádiz (1933), El amor brujo (1933), conferencias ilustradas en la Residencia o la grabación para el sello La voz de su amo de las canciones populares recogidas e interpretadas al piano por el propio poeta (1931).
During the 1919-1920 season, Encarnación López Júlvez «La Argentinita» begins to form in the field of interpretation, and is required by Gregorio Martínez Sierra to take part in different productions at the Teatro Eslava. Although the comic roles that Encarnación develops, are articulated according to her personality, in and out of the scene, it managed to participate in such titles as: Rosaura la viuda astuta (1920), La suerte de Isabelita (1920), Kursaal (1920) and El maleficio de la mariposa (1920), by Federico Garcia Lorca. Through the role as «Mariposa Blanca», which would be the first text of Lorca, Encarnación will get to show us some unusual ways of understanding Spanish dance. This work will link «La Argentinita» to the forefront around the Residencia de Estudiantes and will be the source of a long history of collaborations with Lorca: El retablillo de Don Cristóbal (1930), with the help of Margarita Xirgú Company, Las calles de Cádiz (1933), El amor brujo (1933), illustrated lectures at the Residencia, and recording for His Master's Voice collected folk songs, performed on piano by the poet (1931).