A través de su Retrato de la Lozana andaluza (ca. 1528), Delicado hace el retrato de una prostituta española exiliada en la Roma depravada de su época. La complejidad de las estratagemas discursivas señala con evidencia que el autor va más allá de la mera afirmación de realismo ya que pone en escena el acto de escritura y se pinta a sí mismo como mero observador y cronista. De hecho, Delicado delega la instancia narrativa a su personaje epónimo a la vez que lo construye como un alter ego. El Retrato es entonces un autorretrato de Lozana y, al fin y al cabo, del propio Delicado, que se vale de su criatura como de una máscara carnavalesca para criticar la sociedad corrupta en la que vive y reivindicar sus raíces conversas.
À travers son Retrato de la Lozana andaluza (ca. 1528), Delicado trace le portrait d’une prostituée espagnole exilée dans la Rome dépravée de son époque. La complexité des stratégies discursives indique clairement que l’auteur va bien au-delà de la simple affirmation du caractère réaliste de son œuvre, allant jusqu’à littéralement mettre en scène l’acte d’écriture et se mettre lui-même en scène comme simple observateur et chroniqueur. Delicado délègue de fait l’instance de narration à son personnage éponyme, tout en construisant celui-ci comme un alter ego. Le Retrato est donc un autoportrait de Lozana et, in fine, de Delicado lui-même, sa créature lui servant ainsi de masque carnavalesque pour critiquer la société corrompue de son temps et revendiquer son appartenance à une famille de juifs convertis.