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Antonio Candeloro
A partir del uso de la sátira y de un humor negro con los que escarban en los vicios y los tópicos más estridentes y estrafalarios de determinadas clases sociales de la España a caballo entre la muerte de Franco y los primeros alientos de la Transición, los narradores de las “fábulas” que Luis Goytisolo ha ido publicando entre 1970 y 1978 y que, finalmente, ha reunido en El atasco y demás fábulas aparecido en el 2016, van ofreciéndonos unos retratos despiadados de los cambios que sufre la sociedad española por el influjo del capitalismo cada vez más potenciado por el final de la dictadura. Y es que, a lo largo del mismo arco temporal en el que va asumiendo el reto que supone la redacción de Antagonía, Luis Goytisolo utiliza el “relato breve” para dar a la imprenta narraciones que re-inventan el concepto de “fábula” y que, al mismo tiempo, obligan al lector a posicionarse frente a determinados sketches o escenas tragicómicas: si por un lado, estas consiguen arrancarle una sonrisa o una risa explícita (y casi catártica), por el otro, lo obligan a reflexionar sobre temas universales como la violencia y la estupidez humana, el sexo y el dinero, el poder y su influjo en la vida cotidiana.
