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El auge del poema autorretrato en el modernismo alcanzó con “Yo soy aquel…” de Darío el esplendor del “yo artista”. Bajo este dominio del “yo” el poeta empieza a incorporar cada vez más elementos de su cotidianidad artística en el texto. En la medida que se percata de su ensimismamiento en la torre de marfil se dirige al mundo, iniciando el largo encuentro del poeta con la expresión cotidiana desde su estatus de artista registrado decididamente en su obra. Los modernistas fueron los primeros en acercarse a las calles a las que los vanguardistas se entregaron en todo su afán de conquistarlas. Este hecho le permite al poeta modernista convertir su propia persona en motivo central mediante la composición de autorretratos. Este trabajo explora ese “yo artista” a partir de “Yo soy aquel…” como poema paradigmático del modernismo, que se describe en función de su creación, de su capacidad para proponerse en el centro de la construcción poética, de la figura del artista como ese “otro” que se configura en el poema autorretrato y que logra convertirse en el centro de la composición en la que triunfa el “yo poeta” perpetuado en el poema
