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Borja Mozo Martín
En apenas una década de existencia, Automática se ha consolidado como una de las editoriales de referencia en España para los lectores de narrativa extranjera y en una parada obligatoria para aquellos que tienen la brújula orientada hacia las letras del Este. Desde Centroeuropa a China, pasando por Rusia y los Balcanes, su cartografía literaria no ha dejado de crecer y de afinarse con el paso del tiempo, tanto a la hora de sondear territorios poco o nada frecuentados en busca de nuevas voces como de recuperar algunos clásicos ineludibles que pedían a gritos una segunda oportunidad. Fundada en Madrid en tiempos de crisis y con medio centenar de títulos a sus espaldas, Automática ha sabido ganarse el respaldo de lectores y crítica por su acierto en la selección de los textos, la calidad de sus traducciones y el cuidado diseño de sus portadas. Un reconocimiento labrado a base de esfuerzo por parte de un pequeño equipo editorial con las ideas muy claras y una estrecha colaboración con toda la red de actores que hacen posible la creación y difusión de un libro: desde el autor hasta el lector, sin olvidar a traductores, correctores, ilustradores o libreros. Para hacer balance de la trayectoria de Automática, nos pusimos en contacto con su director, Darío Ochoa de Chinchetru, que compartió con nosotros algunas reflexiones sobre el oficio de editor independiente, el estado actual del mercado del libro, sus próximos proyectos y el futuro de las pequeñas editoriales.
