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El trabajo que presentamos a continuación pretende mostrar la compleja interrelación existente entre la ciencia ficción y la novela negra. Ambos géneros se diferencian en su ámbito prospectivo, pero ello no impide que puedan ser utilizados como herramientas idóneas para la crítica social. A través del análisis de dos obras caracterizadas por la dureza de los universos diegéticos que presentan, 2666 de Roberto Bolaño (concretamente “La parte de los crímenes”), y la novela posapocalíptica Un minuto antes de la oscuridad, de Ismael Martínez Biurrun, se podrá observar la atmósfera opresiva y asfixiante de dos ciudades ficcionalizadas, Madrid y Santa Teresa. Espacios deshumanizados donde la criminalidad, la supervivencia y la muerte se han convertido en elementos constituyentes del entorno. El asesinato y la barbarie se han adueñado de unos lugares sin ley, en los que el individuo se encuentra solo ante la muerte y la manipulación. La sociedad en conjunto se convierte en cómplice y colaboradora necesaria de una barbarie institucional que parece no tener final.
Los espacios presentados en la narración nos muestran un universo desolador en el que la justicia y el bien parecen haber desaparecido. Biurrun y Bolaño crean unos mundos diegéticos paralelos en los que el ser humano debe sobrevivir por cuenta propia, ante el abandono casi absoluto en el que se encuentra por parte de las autoridades correspondientes. Ambos autores recrean unas situaciones en las que cualquiera puede convertirse en un monstruo, eliminando la concepción del mal como algo presente solo en una serie concreta de personas.
The work presented below is intended to show the complex interrelationship between science fiction and noir fiction. Both genders differ in their prospective scope, but this does not prevent them from being used as suitable tools for social criticism. Through the analysis of two works characterized by the hardness of the diegetic universes they present, 2666 by Roberto Bolaño (specifically "La parte de los crímenes"), and the post-apocalyptic novel Un minuto antes de la oscuridad, by Ismael Martínez Biurrun, we can observe the oppressive and suffocating atmosphere of two fictionalized cities, Madrid and Santa Teresa.
Dehumanized spaces where criminality, survival and death have become constituent elements of the environment. Murder and barbarism have taken over lawless places, where the individual is alone in the face of death and manipulation. Society as a whole becomes an accomplice and necessary collaborator of an institutional barbarism that seems to have no end.
The spaces presented in the narrative show us a bleak universe in which justice and good seem to have disappeared. Biurrun and Bolaño create parallel diegenetic worlds in which human beings must survive on their own, in the face of the almost absolute abandonment in which they find the corresponding authorities. Both authors recreate situations in which anyone can become a monster, eliminating the conception of evil as something present only in a specific series of people.
