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Dionisio Viscarri
La representación artística de las guerras carlistas disminuyó a medida que el movimiento fue perdiendo agencia política y discursiva. No obstante, en el presente siglo, el pintor neo-historicista Augusto Ferrer-Dalmau ha reconfigurado los parámetros del legitimismo español, reposicionando sus significantes ideológicos y culturales. Este artículo explora cómo la reaparición del carlismo estético ejerce como repositorio nostálgico de una trayectoria histórica imaginada en contraposición a discursos políticos contemporáneos. Asimismo, examina como dichos textos visuales funcionan como reafirmación, desvinculada del legado franquista, de la identidad unionista del Tradicionalismo y como lamento contemplativo ante la desaparición de un sistema de valores culturales.
