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En la literatura sobre las relaciones euroatlánticas durante los años de contraposición bipolar son aún escasas las reflexiones acerca del papel estratégico de América Latina en la defensa de Occidente. La mayor parte de los trabajos se limita a subrayar la marginalidad del área, subestimando que no faltaron, incluso desde el lado latinoamericano, iniciativas para crear vínculos orgánicos entre los pactos regionales de toda la comunidad atlántica. En este contexto, el ensayo analiza los propósitos de la Doctrina Prado, iniciativa expuesta por el presidente peruano entre 1957 y 1958 con el objetivo de construir un núcleo solidario de países latinos y permitir a América Latina asumir posiciones más asertivas en las estructuras de la política internacional. Con el soporte de fuentes diplomáticas inéditas, la reflexión se centra sobre todo en las contradicciones y los procesos que impidieron que la Doctrina Prado alcanzara aplicaciones prácticas. De esta manera, el trabajo se interroga sobre las alianzas de la Guerra Fría en América Latina para señalar la heterogeneidad de posiciones que el sistema ostentaba en detrimento de la solidaridad ideal a menudo exhibida
