En este artículo se aborda la novela Nefando, de Mónica Ojeda, a partir de la experiencia del dolor como suplemento, desde el paradigma teórico de Jacques Derrida, ya que su enunciación funciona como un signo de signo, el cual no representa propiamente al afecto, sino que genera un falso representante que no hace presente al signo mismo más que por su ausencia. Consecuentemente, la enunciación del afecto se articula como diferencia en la medida en que configura una serie de posibles significaciones diseminadas y diferidas que ponen en juego los límites del sentido al señalar su falta originaria. Así pues, la (re)significación del dolor imposibilita la producción de un discurso original, dado que produce otros modos de significación que ponen en cuestión la fijeza del discurso y evidencian el descentramiento de la estructura del texto.
This article addresses the novel Nefando, by Mónica Ojeda, based on the experience of pain as a supplement, from the theoretical paradigm of Jacques Derrida, since its enunciation functions as a sign of a sign, which does not properly represent affect, rather, it generates a false representative that makes the sign itself present only by its absence. Consequently, the enunciation of affect is articulated as difference insofar as it configures a series of possible disseminated and deferred meanings that put into play the limits of meaning by pointing out its original lack. Thus, the (re)signification of pain makes the production of an original discourse impossible, since it produces other modes of signification that call into question the fixity of the discourse and show the de-centering of the textual structure.