México
Un pequeño coronavirus cambiaría por completo la historia entera de la humanidad. El once de marzo de este año 2020, la OMS determinó a la COVID 19 como pandemia. En la segunda quincena de marzo, cuando alumnos y profesores nos disponíamos a tener un brevísimo intertrimestral de dos semanas en la UAM, nos vimos sorprendidos por las noticias tan dispares. En las universidades, aparentemente, se continuaría con las clases según lo considerara cada una; pero de preescolar a preparatoria adelantaron sus vacaciones de primavera iniciando con un encierro que duraría del 20 de marzo al 20 de abril.
En un abrir y cerrar de ojos, nos hallábamos ante la gestación de una nueva forma de llevar las clases. He aquí el testimonio de lo acontecido en los trimestres 20-i (invierno) y 20-p (primavera), durante mis clases de inglés en CELEX de la UAM-A, donde narro esa transición del miedo compartido entre alumnos y profesores, y cómo gracias a la combinación de nuevas tecnologías y un espíritu que transitó de la vulnerabilidad a la fortaleza, el conocimiento cognitivo fue posible junto con el acompañamiento, pero ante todo, el donar la estafeta a las nuevas generaciones y asegurarles que su testimonio sería un ancla a la esperanza.
A tiny coronavirus would totally change the whole history of the world. It was March 2020, and the World Health Organization declared COVID 19 a pandemic.
It was in the second part of March when students and professors were ready at the University (UAM) to have a brief break of two weeks, when we were shocked by very different news. Apparently, universities would continue classes according to their own criterio, but from kindergarden to highschool, spring holidays would start on advance, in a quarantine from March 20 to April 20.
Out of the sudden we were all facing a new way to teach. I share my testimony of what happened while teaching English in what we call “quarters” 20-i (winter) and 20-p (spring). I write about that transition from a shared feeling of fear by students and professors and how due to a combination of new technologies and a spirit that transformed itself from being vulnerable to being strong, cognitive knowledge was possible as well as accompaniment. But above all, it was possible by passing on the torch to the new generations assuring them their testimony would be an anchor to hope.