Me resulta muy estimulante esta oportunidad de compartir, en este espacio virtual, algunas reflexiones con colegas que viven la experiencia de enseñar E/LE en tantas y tan distintas partes del mundo. En realidad se trata de algunas preocupaciones que tenemos los formadores de profesores de español en Brasil, derivadas en parte del sorprendente crecimiento de la enseñanza de la lengua española en los últimos años. No es imposible que las tengan también otros compañeros, que viven otras realidades. Con las ideas que trataré de exponer, algunas de ellas quizás algo provocadoras, quiero simplemente contribuir para un debate sano, cuya finalidad no es transformarse en una polémica estéril, sino en una herramienta de cambio en la enseñanza del español en Brasil, un cambio profundo y no superficial, que nos permita optimizar el cuadro actual de la enseñanza de esa lengua.
Trataré, entonces, de elegir algunos puntos que considero fundamentales para esa formación, algunos de los cuales no me parece que se exploten lo suficiente, ya sea por falta de tiempo ¿gracias a la actual organización de la enseñanza en nuestro país, los profesores de las carreras de Letras hacemos un verdadero milagro para formar, generalmente (en la mejor de las hipótesis) en cuatro años, un hablante, investigador y profesor de lenguas en general desconocidas o poco conocidas cuando el estudiante llega a la universidad¿, ya sea por un error de interpretación de lo que significa formar un profesor y su consecuente reflejo en la estructuración de algunos cursos, que interpretan que el lugar central de dicha formación es la didáctica, interpretada como una técnica de enseñar, como metodología.