En las construcciones pasivas, la modulación de la relación entre el participante sujeto, que se encuentra "río abajo" en la cadena de actividad, y uno o más participantes situados más arriba, expresado(s) mediante un oblicuo, es función de dos parámetros semánticos, a saber: continuidad/discontinuidad, por un lado, y sustancialidad/circunstancialidad, por otro. Significa que la relación entre agente y paciente, causa y efecto, afectante y afectado, etc., se perfila esencialmente según dos dimensiones interpretativas. La selección del complemento oblicuo se da en función de cómo se combinen estos dos ejes: con por la intervención de la identidad denotada se concibe como "condicionamiento", con de como "(des)encargo"; en cambio, con la hace aparecer como "modalización", y en como "anclaje".