Vicente Lledó Guillem
Tradicionalmente se ha analizado la obra de Bernardo de Aldrete, Del origen, como un ejemplo de oposición directa a la “teoría del castellano primitivo”. Aldrete defendía el origen latino del castellano frente a autores como Gregorio López Madera y Bartolomé Jiménez Patón, quienes afirmaban que el castellano era una de las setenta y dos lenguas de la Torre de Babel. En este estudio se demuestra que esta dicotomía desaparece cuando se aborda el tema del multilingüismo románico en la península ibérica. Los tres autores defienden una jerarquía permanente de las lenguas que responde a un neoplatonismo moderado. Este neoplatonismo, basado en las ideas de Marsilio Ficino, limita considerablemente el papel de la voluntad humana en el proceso de mejora de las lenguas. Según los tres autores, el castellano es el único idioma románico ibérico que merece el apelativo de “lengua”, mientras que las otras lenguas romances ibéricas son simples deformaciones que nunca podrán superar al castellano.