Juan Pascual Gay
Veinticinco años después del primer El Renacimiento (1869), apareció de nuevo el periódico de Ignacio Manuel Altamirano, ya muerto este, impulsado al alimón por Enrique de Olavarría y Ferrari, en la dirección, y Francisco Díaz de León, editor responsable. El lanzamiento en 1894 fue a primera vista inopinado y extemporáneo. No sólo había cambiado de signo la campaña nacionalista de Altamirano desplegada desde 1869, sino que el ideario estético consignado en el romanticismo se encontraba en desuso y en retirada. Este artículo pretende dar cuenta de una revista que concentra las contradicciones del fin de siglo en la literatura mexicana que explican su aparente fracaso.